miércoles, 3 de octubre de 2007

Plagio “CRIMEN CAPITAL”

Por: Gabriela Garzón N.


Según Edward White, conocido escritor norteamericano, el plagio es un crimen capital de la comunidad académica el cual mina el desarrollo y la transmisión del conocimiento, que es la razón de ser de la Academia.



Lo más probable es que muchos puedan esbozar vagamente el significado de la palabra plagio y otros, talvez, definirla a cabalidad. Pero, sea cual fuere nuestro conocimiento sobre el tema, no cabe duda, de que todos lo hemos practicado alguna vez y otros, lamentablemente, en más de una ocasión; pero su popularidad no lo hace menos grave.
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El plagio consiste en hacer nuestras las ideas de otros sin dar crédito alguno al autor intelectual de las mismas. En otras palabras el plagio es un robo y quienes lo practican, automáticamente, se convierten en “ladrones de ideas”.
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Pero lo más grave aún es que este tipo de “criminales” no solo están presentes en las aulas de los colegios y universidades, sino que también se han apoderado del campo profesional y convertido en una lacra social no pensante que está acabando con las ideas de nuestros países.
Al hablar de una destrucción de ideas nos referimos al sencillo hecho de que quien plagia no solo roba, también tergiversa y de esta manera lo que fue genialmente pensado por alguien termina siendo reducido a nada por un plagiador.

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Una de las principales causas por las cuales el plagio es tan común en nuestra cultura es, sin lugar a dudas, el hecho de que no se nos enseñe desde las escuelas el uso correcto de las fuentes en los trabajos académicos, a tal punto que el plagio, un grave delito contra la intelectualidad, llega a convertirse a nuestros ojos en una simple “mala” costumbre.
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Por tanto se hace necesario por parte de las comunidades: académica y profesional, tan afectadas por el plagio, la implementación urgente de medidas preventivas, así como de castigos más severos para quienes incurren en esta práctica, denominada por Jorge Maronna , reconocido músico y escritor de humor argentino, “como la cirugía plástica del talento”.


Si las medidas correctivas no se aplican ahora que el problema es tan grave, nuestras bibliotecas se verán invadidas de obras como la de Jorge Maronna: “En un lugar de la Mancha cuyo nombre no quiero acordarme, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, había de recordar aquella tarde en que, al despertar de un sueño agitado, Gregorio Samsa se encontró en su cama transformado en un horrible insecto” (Jorge Maronna: Copiright)


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Gabriela Garzón Narváez: (compañera) Estudiante de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo

3 comentarios:

Nelson Piedra - nopiedra dijo...

Súper chévere este artículo lo voy a subir a mi del.icio.us, y te propongo que lo publiquen con licencia Creative Commons para que se pueda distribuir sin caer en broncas de propiedad intelectual y menos de CopyRight.
Yo creo que el problema del plagio se centra en un mal hábito adquirido en las aulas. Entre los estudiantes existe la idea de que a más autores citados mi profesor va a pensar que "yo no he hecho/contribuido en nada", y eso lleva a lo más peligroso: extraviar la idea o planteamiento original del autor.

Por otro lado vivimos en una mentira: los documentos de "investigación", "tesis" tienen varias hojas de bibliografía que se coloca como adornos, porque lo cierto es que en la mayor cantidad de veces: nunca se ha tenido esos documentos, menos se los ha meditado, analizado o si quiera leído. Un truco para probar cuanto respeto la propiedad ajena es contar el número de referencia de la bibliografía consta como citas en el documento.

Anónimo dijo...

hola soy de argentina de la provincia de cordoba. me encanto tu articulo esta muy bueno y genera reflexion.
Walter

Escuela para todos Luz ONG dijo...

Muy buena la nota. la difundiremos en nuestro programa de radio on line

saludos y visiten nuestro blog

ale